El colonialismo y el neocolonialismo en África constituyen unos de los factores que han influido más negativamente en su historia y desarrollo. Un período en el que las potencias europeas tomaron el control de África a través de la conquista militar y la imposición de su autoridad política sobre los pueblos africanos.

El neocolonialismo, por otro lado, se refiere a la continuación del dominio económico y político de las potencias coloniales en África después de su independencia.
Primero portugueses y más tarde ingleses y holandeses continuaron con esta política explotando los recursos naturales de África.
El colonialismo de Bélgica
Un ejemplo sangrante lo constituye Bélgica, uno de los países más pequeños de Europa, que se apoderó de un territorio setenta y cinco veces más grande que su propio país.
Durante la colonización, el rey Leopoldo II explotó en su propio beneficio los recursos naturales y la fuerza de trabajo del Congo, con funestas consecuencias para la población nativa.

La violencia, el saqueo y la opresión caracterizaron el régimen colonial belga en el Congo. Sus consecuencias todavía se sienten a día de hoy.
Además, las potencias coloniales impusieron sus valores y sistemas de creencias en los pueblos, lo que llevó a la pérdida de lenguas y culturas autóctonas.
El proceso de descolonización empieza después de la Segunda Guerra Mundial, cuando los movimientos de liberación nacional africanos lucharon por la independencia de sus países. En 1960, la mayoría de los países africanos habían logrado la independencia formal, pero entonces el neocolonialismo tomó el relevo y continuó expoliando el continente.
Las potencias coloniales controlan los recursos naturales de África, que son explotados por empresas extranjeras.
La ambición europea y las potencias extranjeras
Las economías africanas se basan en la exportación de materias primas, lo que significa que los países africanos tienen poco control sobre el valor de sus recursos. Pagan altos precios por los productos que importan y se reducen sus ingresos.
Otra forma en que se ejerce el colonialismo y neocolonialismo en África es utilizando la manipulación política. Las potencias extranjeras han intervenido en la política de los países africanos, a menudo apoyando regímenes dictatoriales.
Las elecciones y los procesos democráticos a menudo son manipulados. Las potencias extranjeras a menudo fomentan conflictos étnicos y religiosos para debilitar a los países africanos y mantenerlos bajo su control.
Angola no es ajena a estos saqueos. Antiguo territorio controlado por Portugal ,tuvo la desgracia de que apareciera petróleo en sus territorios. Esta vez fue British Petroleum, BP, quien se fue adueñando del país.
Hoy en día su capital, Luanda, se ha convertido en la ciudad más cara del mundo superando a Nueva York o Zúrich. Mientras tanto, las zonas rurales donde Mundo Orenda está trabajando, carecen de las mínimas estructuras en transporte, sanidad o educación.
Estamos en deuda con África y desde Mundo Orenda tratamos de contribuir en la medida de lo posible a mejorar una situación de la que todos somos responsables en cierto modo.
Por Javier Lekuona